miércoles, 8 de septiembre de 2010

La ley de la navegación


Cualquiera puede gobernar un barco, pero se necesita un líder que marque la ruta. La preparación y la previsión son esenciales. Dice Jack Welch, antiguo CEO de General Electric y famoso gurú de la estrategia ?Un buen líder se mantiene orientado. Controlar el rumbo es mejor que ser controlado por éste?.

El fundamento de esta ley es la preparación: antes de comenzar un proyecto, es necesario planearlo, y para eso, John C. Maxwell propone una estrategia que se concreta en los siguientes pasos, fáciles de recordar y aplicar:



  • Predetermine un programa de acción

  • Trace sus metas

  • Ajuste sus prioridades

  • Notifique al personal clave

  • Dé cierto tiempo a la aceptación

  • Comience a actuar

  • Espere problemas

  • Señale los buenos éxitos siempre

  • Revise su plan diariamente

Ilustra la importancia de la ley de la navegación las expediciones de Amundsen y Scott al Polo Sur, emprendidas ambas en 1911. El noruego Amundsen planeó su viaje con esmero, estudiando los métodos de los esquimales, decidió utilizar trineos tirados por perros; seleccionó un equipo de expertos, eligió el equipamiento adecuado, etc. LLegó a su destino en el tiempo previsto, siendo el inconveniente más grave que encontró en su viaje que a uno de sus acompañantes hubo de extraérsele un diente infectado.


El británico Robert Falcon Scott no atendió a la ley de la navegación, así, emprendió su viaje con trineos motorizados y caballos (los motores dejaron de funcionar a los cinco días, y los caballos tuvieron que ser sacrificados más tarde), no prestó atención a la elección del equipamiento (ropa mal diseñada, que no protegío a sus hombres de la congelación y gafas inadecuadas con las que eran cegados por el reflejo del sol en la nieve), preparó provisiones para cuatro hombres, y en el último minuto decidió admitir a un quinto viajero en la expedición, además los depósitos de alimentos estaban muy separados entre sí, y no disponían de combustible suficiente para derretir la nieve y convertirla en agua, por lo que siempre estuvieron escasos de comida y agua.


Scott y los suyos llegaron penosamente al Polo (un mes después que Amundsen), pero murieron todos en el viaje de regreso, dejando su triste historia escrita en sus diarios. Dice Maxwell de Scott que era un hombre valiente, pero no un lider, y desconocer la ley de la navegación acabó con él y sus seguidores.

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